viernes, 20 de noviembre de 2009

Movimiento para la competitividad de México (4)

El ser leído no quiere decir que se ha entendido. El ser entendido, no quiere decir que se esté de acuerdo. El que se esté de acuerdo, no quiere decir que se haga. El que se haga, no quiere decir que se haga siempre.

Repito lo anterior porque el proceso de asimilación de ideas del ser humano se da cuando las cosas se repiten una y otra vez. Por ello los publicistas insisten en repetir sus anuncios. La premisa anterior es la base para que, como sociedad civil, decidamos tener una participación más activa en los aspectos que nos afectan como sociedad.

Quiero informar que el Movimiento para la Competitividad de México está atrayendo a más adeptos cada día. Por los comentarios que he recibido, los adeptos ofrecen un compromiso mayor de participación. Eso nos motiva aún más y nos da elementos para pensar que el movimiento sí podrá lograr sus objetivos para el bien de nuestro país.

Hace unos días se conmemoro un suceso histórico, que cambió mucho las reglas de operación del mundo: me refiero a la eliminación del muro de Berlín, después de más de 40 años de existencia. Esto fue un parte aguas: fue el inicio del desmoronamiento socialista que tanto daño le hizo a los países que lo sufrieron.

Veamos cuál fue el resultado de tan importante suceso. Después de la segunda guerra mundial, Alemania se dividió en dos: una parte Occidental con un sistema económico de mercado y otro parte Oriental con un sistema socialista. La división fue totalmente arbitraria en términos de criterios tales como educación, posición social, experiencia, etc. Fue una decisión geográfica y le tocó a cada quien según el lugar donde viviera.

Cuarenta años después, al caer el muro, la Alemania Occidental era una potencia económica, peleándose con Japón el segundo lugar en importancia económica mundial. La Alemania Oriental (socialista) era un país atrasado, aún más que los países considerados en desarrollo en esa época en la que México estaba inserto.

La división de Alemania no se dio colocando a los más inteligentes o emprendedores de un lado y a los más flojos y tontos del otro. ¡No! La única diferencia entre las 2 Alemanias fue el sistema de gobierno aplicado en uno y otro lado: la que creció económicamente fue gobernada con el sistema de mercado con énfasis en la competitividad. El lado que se estancó, fue gobernado por el sistema socialista, con una economía "planificada", sin libertades individuales -como la que hoy Hugo Chávez intenta empujar para "Las Américas Bolivarianas".

No se necesita ser genio para darse cuenta de la importancia que tiene la organización gubernamental en los resultados económicos de un país. Esto, en México, lo sabemos desde hace tiempo y por eso en las elecciones del año 2000 votamos por un cambio.

Desde mi punto de vista ni Fox ni el PAN ganaron esas elecciones, sino la sociedad civil que vio en Fox y el PAN la posibilidad de que se concretase la desaparición de un régimen autoritario y corrupto que nos había gobernado durante más de 70 años. Pero los cambios no se dieron y todo parece indicar que nos ha salido peor la medicina que la enfermedad.

Lo conducente en este momento no es seguir lamentándonos -aunque sí, da mucho coraje- sino identificar por qué no se concretó el cambio y actuar en consecuencia.

Yo considero que lo que faltó fue la presencia de una sociedad civil organizada, capaz de presionar a las autoridades -legisladores y ejecutivos- para que cumpliesen las promesas de campaña por las que se votó.

De ahí la importancia del Movimiento para la Competitividad de México. Dentro de sus objetivos tiene que incluir el organizar a la sociedad civil para expresar a nuestras autoridades y representantes populares las aspiraciones que como mexicanos tenemos y que son impostergables independientemente de qué partido gobierne o nos represente.

La próxima semana tendremos una presentación en las instalaciones que amablemente nos facilitó La Coparmex. Será para fijar una estrategia de acción con los ciudadanos que han expresado su interés en participar en el Movimiento para la Competitividad de México. Abundaremos también en la estrategia que estamos siguiendo. Esperamos recibir retroalimentación para acelerar el proceso de logro de los objetivos del movimiento.

También hemos creado un BLOG:

http://mexicompite.blogspot.com

donde están todos los artículos que hemos escrito sobre el Movimiento para la Competitividad, con el objeto de que si nuevas personas desean adherirse al movimiento puedan leer todos los antecedentes en dicho sitio.

Te recuerdo, amable lector, que una de las primeras acciones que estamos impulsando es una nueva reforma fiscal, por lo anterior te invito a leer en el sitio http://a7.com.mx/mexicompite/ la propuesta que le estamos enviando a los diputados (que no te llevara más de 3 minutos).

Al aprobar la propuesta nos estarás informando que quieres participar activamente en el Movimiento para la Competitividad en México. Por lo que te invito nuevamente a adherirte a este movimiento para beneficio de la gran mayoría de este país. Recuerda que la solución no es quejarse sino actuar.

Movimiento para la competitividad en México (3)

Hemos recibido muchas muestras de apoyo hacia el movimiento para la competitividad. Existe, al parecer, una genuina inseguridad con preocupación en cuanto a que sea posible lograr los objetivos: poner en la agenda nacional como prioridad la mejoría de la competitividad del país.

Sólo la falta de participación ciudadana impediría el éxito de este movimiento. La participación de todos es necesaria para que exista la presión sobre los servidores públicos —ejecutivos, legislativos, judiciales— para llevar a cabo una cruzada en pro de la competitividad en el país. De ahí la insistencia en que cada vez más personas nos adhiramos al movimiento.

¿Qué acciones llevar a cabo que permitan detonar el movimiento en pos de la competitividad? Hoy, un tema que nos afecta a todos los mexicanos —llevamos penosamente décadas sin resolverlo— es la complejidad y falta de equidad en lo que respecta al impuesto sobre la renta. Me voy a permitir transcribir un resumen de una propuesta que tuvo su origen en un artículo que me publicaron en el Diario de Yucatán en marzo de 1989, hace más de 20 años. La versión electrónica (PDF) se puede descargar desde aquí. Recomiendo su lectura: se verá que las circunstancias que se vivían en esa época en el país son muy similares a las actuales, señal de que no hemos podido superarlas. Esto es una muestra inequívoca de que hemos perdido competitividad en nuestro país comparativamente con el mundo.

La mayoría de los mexicanos estamos conscientes de que tenemos que pagar impuestos aunque no nos agrade. La presente propuesta tiene estos objetivos:

  1. Que si tenemos una obligación —pagar impuestos— sepamos claramente cómo se calcula sin tener que contratar personal especializado —a sabiendas de que a pesar de su intervención nunca tenemos la certeza de haberlo hecho en forma correcta.
  2. Que el esquema de pago no permita planeación fiscal que implique que los contribuyentes con más recursos paguen menos dentro de la ley.
  3. Que el esquema de pago fomente y premie la eficiencia y la competitividad.
  4. Que el esquema de pago amplíe la base de contribuyentes y evite la evasión fiscal.

Esto que para muchos puede sonar una utopía, no lo es si adoptamos un régimen fiscal en que se pague un porcentaje sobre los ingresos brutos —o ventas brutas— de todas las personas físicas o morales que tengan una actividad económica y no sean asalariados.

Indiscutiblemente sería muy sencillo de calcular, ya que todos los que tienen un negocio, independientemente de su tamaño o giro, saben cuánto venden. Implicaría un incremento dramático en el número de contribuyentes, porque no hay persona que, sin ser asalariado y teniendo una actividad económica, no tenga ingresos.

Se propondría un impuesto de 2% a 3% sobre las ventas brutas o ingresos brutos, y sería un pago definitivo, evitando declaraciones anuales. En vez de abreviarse ISR, se abreviaría ISVB o ISIB —Impuesto Sobre Ventas Brutas o Sobre Ingresos Brutos.

Esto acabaría con la discusión sobre gastos deducibles o no deducibles. Éstos no interferirían en el monto a pagar de impuestos. Así se premiaría enormemente la competitividad al no promover la costumbre de agregarle "gastos deducibles" a los negocios, para tratar de pagar menos impuestos.

Estoy consciente de que esta propuesta habrá de ser refinada para su adecuada implementación, por lo que deseo se inicie oficialmente su discusión.

Aunado a los beneficios anteriores, el nuevo sistema implicaría una optimización de recursos financieros que tanta falta nos hace para nuestro desarrollo económico como país.

La discusión y eventual aprobación de esta propuesta daría una señal a la sociedad civil de que las autoridades gubernamentales están empezando a tomar en cuenta las propuestas de la sociedad civil.

Nuevamente agradezco las múltiples muestras de solidaridad que he recibido y quiero asegurar que leo cada mensaje que me han enviado. La falta de tiempo me impide contestar cada uno personalmente.

Estamos trabajando en un sitio en Internet para registrar el apoyo al programa de cada ciudadano. Por el volumen de personas que necesitamos, la forma más efectiva de concentrar y medir el apoyo es con el control electrónico. Su implementación requiere procesos de validación que se están aplicando. El sitio ya está listo: http://a7.com.mx/mexicompite y consíderese cordialmente invitado a visitar esa página y dejar constancia de su apoyo al movimiento.

Te recuerdo que la competitividad es un tema que nos atañe y nos afecta a todos los mexicanos. Si logramos que se vuelva un tema nacional será de gran beneficio para todos los mexicanos. Por ello te instamos a participar en este movimiento. Cada uno de nosotros, como miembro de la sociedad civil, será un eslabón de éxito del movimiento.

Movimiento para la competitividad en México (2)

El ser leído no quiere decir que se ha entendido. El ser entendido, no quiere decir que se esté de acuerdo. El que se esté de acuerdo, no quiere decir que se haga. El que se haga, no quiere decir que se haga siempre.

El Movimiento para la Competitividad en México, tiene tres objetivos fundamentales: a) despertar la conciencia de la sociedad civil, haciendo a todo mundo saber que si queremos que este país mejore tenemos que comprometernos a actuar; b) organizarnos en forma efectiva, de manera que el número de ciudadanos comprometidos sea cada día mayor, usando medios de comunicación efectivos para expresar nuestros deseos a las autoridades; c) Lograr en el corto plazo que el tema de la competitividad sea de alta prioridad en la agenda nacional, porque la pérdida sistemática de competitividad durante los últimos 30 o más años, ha sido la principal causa de las crisis recurrentes que hemos sufrido, mismas que cada día son más severas y riesgosas.


En los países que han mejorado su competitividad en los últimos 30 años que solo por mencionar algunos (Corea, China, Malasia, Chile, Brasil, España, Irlanda, Polonia etc.) el movimiento para mejorarla fue invariablemente liderado por sus respectivos gobiernos. Éstos son los responsables principales de que se dé o no, además de ser la entidad que cuenta con los mejores recursos para lograrlo.

En México, no obstante, estamos entrampados con un sistema político que lejos de querer mejorar la competitividad del país, conspira en su contra.

Ante esto la única alternativa viable y efectiva es que, como sociedad civil, nos organicemos para presionar a las autoridades gubernamentales a que cumplan con el objetivo "C" descrito arriba.

Para lograr el objetivo "C" (mejorar la competitividad) se proponen los siguientes pasos:

Paso 1. Crear conciencia dentro de la sociedad civil de la importancia de la competitividad. Esto se está logrando a través de artículos semanales que están despertando el interés en el tema.

Es muy importante que la base de lectores se agrande cada vez más -involucrando a empresarios, profesionistas, estudiantes, empleados, amas de casa, obreros, sindicatos, organizaciones civiles de cualquier índole, etc. Éste es un movimiento absolutamente incluyente, sin fines de lucro y apartidista. La competitividad nos afecta a todos.

Este movimiento nació en Mérida, Yucatán, hace menos de un mes. Estamos multiplicando el esfuerzo a nivel nacional con una base de participantes superior a 60,000 personas ligadas primordialmente al sector empresarial. Queremos que los resultados de comunicación logrados en Mérida -al incluir en el Movimiento para la Competitividad de México a personas ajenas al liderazgo de las empresas- estamos seguros que las estrategias desarrolladas pueden ser repetibles en todos los demás estados de la república.

Esta meta, aunque ambiciosa, es perfectamente factible si nos convencemos en forma individual de que nuestra participación es importante y nos comprometemos a integrar a todas las personas posibles a este movimiento.

Paso 2. Motivar a los lectores de los artículos a participar en este movimiento, que no implicará gran esfuerzo individual. Se pueden lograr resultados espectaculares si se conforma un gran volumen de participantes, que crezca todos los días. Nuestra responsabilidad como promotores del movimiento es mantener e incrementar la llama de participación ciudadana, que, dicho sea de paso, ha producido gratificantes comentarios y apoyos espontáneos de un buen número de lectores.

Paso 3. Inicialmente presentaremos una propuesta de cómo sustituir el impuesto sobre la renta por un esquema de pago muy sencillo pero mucho más justo y competitivo que el actual. Esta propuesta será dirigida personalmente a los diputados que nos representan en cada distrito, con el afán de empezar a aceitar la maquinaria para que el Congreso de la Unión cumpla la función que le corresponde: representar los intereses de las personas de su distrito, y que sepa que la sociedad civil se está organizando, que tiene voz, y está dispuesta a actuar.

Paso 4. Presionar en diferentes formas al Congreso de la Unión para que esta propuesta fiscal se discuta y se apruebe ya que traería muchos beneficios para la competitividad de nuestro país. Sería la punta de lanza para probarnos -como sociedad civil- que si nos organizamos y participamos podremos, en relativamente poco tiempo, lograr que los cambios estructurales que requieren nuestras leyes en los ámbitos electorales, políticos, educativos, laborales y energéticos, se lleven a cabo.

Muchas iniciativas buenas llevan décadas "discutiéndose" en las diferentes legislaturas pero sin llegar a soluciones concretas. Esto, en buena parte, ha sido la causa de la pérdida de competitividad en nuestro país.

Te invitamos a leer en el sitio http://a7.com.mx/mexicompite la propuesta que le estamos enviando a los diputados. No te llevará más de 3 minutos.

Al aprobar la propuesta nos estarás informando que quieres participar activamente en el Movimiento para la Competitividad en México. Por ello te invitamos nuevamente a adherirte a este movimiento para beneficio de la gran mayoría de este país. Recuerda que la solución no es quejarse de la situación, sino actuar en darle solución a nuestros problemas.

Movimiento para la competitividad de México (1)

Éste es mi quinto artículo sobre competitividad, y deseo que exploremos el camino que sugiero para iniciar formalmente El Movimiento para la Competitividad de México, cuyo objetivo es recobrar la senda del desarrollo que muchos otros países han logrado en los últimos 30 años, en tanto que nosotros hemos retrocedido penosamente.

Lo importante en este momento no es lamentarnos por lo que no hemos logrado, sino analizar qué hacemos para que las cosas cambien para bien.

Empecemos por definir qué es competitividad.

Competitividad es la capacidad de las personas —independientemente de su sexo, situación socioeconómica, edad o actividad— y las organizaciones de cualquier índole en donde nos integramos como grupo —empresas, gobierno, instituciones religiosas, educativas— de poder hacer las cosas que hacemos mejor que las otras personas que hacen algo similar, utilizando el menor nivel de recursos posibles.

Para ejemplificar, supongamos que tenemos una fábrica de zapatos. Seremos más competitivos que los otros fabricantes de zapatos —ya sea locales, regionales, nacionales o mundiales— si somos capaces de ofrecer a nuestros clientes un producto que les satisfaga más que el de nuestros competidores y que, además, tenga menos costos que los de nuestros competidores.

Aunque el ejemplo está relacionado con una empresa productiva y la percepción generalizada es que la competitividad es un asunto de empresas privadas, la competitividad se aplica en todas las actividades que realizamos los humanos. La falta de competitividad nos afecta a todos, no sólo a los dueños de la empresa u organización donde estamos participando.

En los artículos anteriores he querido convencerte, amable lector, de que los problemas que hemos tenido en México —crisis recurrentes durante más de 30 años— se han debido fundamentalmente a la pérdida de competitividad del país con respecto a otros países.

Lo más conducente es saber qué hacer para revertir este proceso que parece un monstruo de mil cabezas y que muchas veces —al tener la percepción de que son tantas las cosas que hay por hacer— terminamos por desanimarnos al sentirnos impotentes de lograr algo en forma individual.

Hay un dicho: "no hay que tratar de inventar el hilo negro porque hace mucho que se inventó". Mi propuesta es seguir la ruta que han seguido muchos países para mejorar su competitividad. En relativamente pocos años han logrado resultados muy espectaculares.

¿Qué hicieron esos países? Pusieron como prioridad número uno de la agenda nacional mejorar la competitividad del país. Puede sentirse muy simple esta solución pero es real. Ha demostrado su efectividad.

Este movimiento para mejorar la competitividad invariablemente ha sido liderado por el gobierno, porque es su función y tiene los mejores instrumentos para hacerlo.

Desgraciadamente, en México nuestros gobernantes, aunque en el discurso digan lo contrario, prácticamente todas sus acciones han conspirado negativamente contra la competitividad. La razón de esto es que hacer lo contrario va contra sus intereses electorales, lo único que les preocupa a los políticos.

Lo primero que hay que hacer es que la sociedad civil —nosotros— logremos organizarnos lo más eficientemente posible para exigir a nuestros servidores públicos un cambio de estrategia.

Para organizarnos tenemos que comunicarnos en forma rápida y efectiva. Internet puede ser el mejor medio. De ahí la importancia de insistir en que las personas que deseen participar en este movimiento, nos contesten alguno de nuestros correos. Esto nos permite medir el interés y/o la efectividad de lo que intentamos.

Este movimiento, se inició hace un mes —septiembre de 2009— en la ciudad de Mérida con una participación aproximada de 1000 personas relacionadas fundamentalmente en el ámbito empresarial. 80% de los invitados no han demostrado interés en el tema. Ese 20%, considerando lo estadísticamente esperable, sí es un indicador de que el tema es efectivamente de interés generalizable.

Si queremos lograr que los políticos —ahora servidores públicos— nos hagan caso, tenemos que mejorar la participación individual. Si aún no nos has externado tu aprobación al Movimiento por la Competitividad de México y sí la sientes, te agradeceremos tu participación, ya que mientras más seamos, mejores resultados tendremos.

Estamos a pocos días de iniciar un proceso nacional que abarcará 60 mil personas a nivel nacional también del ámbito empresarial. Esto es con el objeto de que nuestra fuerza como sociedad civil sea contundente.

Las personas que amablemente nos han externado sus muy interesantes y gratificantes comentarios, quiero agradecerles por este medio su participación y pedirles que busquen a través de Internet el que sus contactos participen en este movimiento para que cada vez seamos más.

Sólo así los servidores públicos de todos los poderes —ejecutivo, legislativo y judicial— se darán cuenta de que cada vez somos más personas pensantes dispuestas a dar la batalla por la competitividad de nuestro país.

En el próximo artículo trataremos los siguientes pasos propuestos para que este movimiento en pro de la competitividad no quede sólo en buenos deseos. El primer paso —conscientizarnos sobre el tema— es lo que se ha pretendido en esta primera etapa.

Gracias nuevamente por tu participación. Recuerda que unidos y organizados podemos provoar el cambio que la mayoría deseamos, tanto para nosotros como para las futuras generaciones. Manuel Mier y Terán Fortuny

Entra a la página http://a7.com.mx/mexicompite y firma la petición al legislador que te corresponde.