viernes, 20 de noviembre de 2009

Movimiento para la competitividad de México (1)

Éste es mi quinto artículo sobre competitividad, y deseo que exploremos el camino que sugiero para iniciar formalmente El Movimiento para la Competitividad de México, cuyo objetivo es recobrar la senda del desarrollo que muchos otros países han logrado en los últimos 30 años, en tanto que nosotros hemos retrocedido penosamente.

Lo importante en este momento no es lamentarnos por lo que no hemos logrado, sino analizar qué hacemos para que las cosas cambien para bien.

Empecemos por definir qué es competitividad.

Competitividad es la capacidad de las personas —independientemente de su sexo, situación socioeconómica, edad o actividad— y las organizaciones de cualquier índole en donde nos integramos como grupo —empresas, gobierno, instituciones religiosas, educativas— de poder hacer las cosas que hacemos mejor que las otras personas que hacen algo similar, utilizando el menor nivel de recursos posibles.

Para ejemplificar, supongamos que tenemos una fábrica de zapatos. Seremos más competitivos que los otros fabricantes de zapatos —ya sea locales, regionales, nacionales o mundiales— si somos capaces de ofrecer a nuestros clientes un producto que les satisfaga más que el de nuestros competidores y que, además, tenga menos costos que los de nuestros competidores.

Aunque el ejemplo está relacionado con una empresa productiva y la percepción generalizada es que la competitividad es un asunto de empresas privadas, la competitividad se aplica en todas las actividades que realizamos los humanos. La falta de competitividad nos afecta a todos, no sólo a los dueños de la empresa u organización donde estamos participando.

En los artículos anteriores he querido convencerte, amable lector, de que los problemas que hemos tenido en México —crisis recurrentes durante más de 30 años— se han debido fundamentalmente a la pérdida de competitividad del país con respecto a otros países.

Lo más conducente es saber qué hacer para revertir este proceso que parece un monstruo de mil cabezas y que muchas veces —al tener la percepción de que son tantas las cosas que hay por hacer— terminamos por desanimarnos al sentirnos impotentes de lograr algo en forma individual.

Hay un dicho: "no hay que tratar de inventar el hilo negro porque hace mucho que se inventó". Mi propuesta es seguir la ruta que han seguido muchos países para mejorar su competitividad. En relativamente pocos años han logrado resultados muy espectaculares.

¿Qué hicieron esos países? Pusieron como prioridad número uno de la agenda nacional mejorar la competitividad del país. Puede sentirse muy simple esta solución pero es real. Ha demostrado su efectividad.

Este movimiento para mejorar la competitividad invariablemente ha sido liderado por el gobierno, porque es su función y tiene los mejores instrumentos para hacerlo.

Desgraciadamente, en México nuestros gobernantes, aunque en el discurso digan lo contrario, prácticamente todas sus acciones han conspirado negativamente contra la competitividad. La razón de esto es que hacer lo contrario va contra sus intereses electorales, lo único que les preocupa a los políticos.

Lo primero que hay que hacer es que la sociedad civil —nosotros— logremos organizarnos lo más eficientemente posible para exigir a nuestros servidores públicos un cambio de estrategia.

Para organizarnos tenemos que comunicarnos en forma rápida y efectiva. Internet puede ser el mejor medio. De ahí la importancia de insistir en que las personas que deseen participar en este movimiento, nos contesten alguno de nuestros correos. Esto nos permite medir el interés y/o la efectividad de lo que intentamos.

Este movimiento, se inició hace un mes —septiembre de 2009— en la ciudad de Mérida con una participación aproximada de 1000 personas relacionadas fundamentalmente en el ámbito empresarial. 80% de los invitados no han demostrado interés en el tema. Ese 20%, considerando lo estadísticamente esperable, sí es un indicador de que el tema es efectivamente de interés generalizable.

Si queremos lograr que los políticos —ahora servidores públicos— nos hagan caso, tenemos que mejorar la participación individual. Si aún no nos has externado tu aprobación al Movimiento por la Competitividad de México y sí la sientes, te agradeceremos tu participación, ya que mientras más seamos, mejores resultados tendremos.

Estamos a pocos días de iniciar un proceso nacional que abarcará 60 mil personas a nivel nacional también del ámbito empresarial. Esto es con el objeto de que nuestra fuerza como sociedad civil sea contundente.

Las personas que amablemente nos han externado sus muy interesantes y gratificantes comentarios, quiero agradecerles por este medio su participación y pedirles que busquen a través de Internet el que sus contactos participen en este movimiento para que cada vez seamos más.

Sólo así los servidores públicos de todos los poderes —ejecutivo, legislativo y judicial— se darán cuenta de que cada vez somos más personas pensantes dispuestas a dar la batalla por la competitividad de nuestro país.

En el próximo artículo trataremos los siguientes pasos propuestos para que este movimiento en pro de la competitividad no quede sólo en buenos deseos. El primer paso —conscientizarnos sobre el tema— es lo que se ha pretendido en esta primera etapa.

Gracias nuevamente por tu participación. Recuerda que unidos y organizados podemos provoar el cambio que la mayoría deseamos, tanto para nosotros como para las futuras generaciones. Manuel Mier y Terán Fortuny

Entra a la página http://a7.com.mx/mexicompite y firma la petición al legislador que te corresponde.

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